Crece la Tensión por el Retorno de Pruebas Nucleares
Tiempo de lectura 4 minutos
El clima global ya es complejo. A menos de un año de su expiración, el tratado New START, último acuerdo vigente de control de armas estratégicas entre Estados Unidos y Rusia, se encuentra en una situación crítica.
Su disolución no solo eliminaría los últimos límites formales a los arsenales nucleares de ambas potencias, sino que también marcaría el fin de una era de acuerdos que, durante décadas, buscaron reducir el riesgo de una confrontación nuclear directa.
La comunidad internacional observa con creciente preocupación cómo se deteriora un acuerdo tácito que mantuvo a raya la amenaza nuclear durante más de 30 años. Rusia y Estados Unidos, las dos mayores potencias atómicas, han dado pasos que podrían abrir un capítulo especialmente tenso en la política global: la reanudación de pruebas nucleares.
Un conflicto que escala paso a paso
La situación se aceleró cuando Vladimir Putin anunció resultados positivos en las pruebas del torpedo nuclear Poseidón, un arma capaz de generar tsunamis radiactivos a gran escala. Horas más tarde, Donald Trump respondió desde sus redes sociales asegurando que había ordenado al Departamento de Guerra comenzar de inmediato los preparativos para reactivar los ensayos nucleares en Estados Unidos.
Desde Moscú, el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, intentó moderar el mensaje al señalar que su país mantiene la moratoria nuclear, aunque advirtió que están listos para implementar respuestas proporcionales si Washington ejecuta el primer ensayo.
Analistas de la Iniciativa de Amenaza Nuclear (NTI), que trabaja para prevenir amenazas nucleares y biológicas catastróficas a través de soluciones políticas, alianzas e innovación, han alertado que el mundo podría estar entrando en el ciclo de acción-reacción más peligroso desde la Crisis de los Misiles en Cuba.
Retomar pruebas abriría la puerta al desarrollo de nuevas armas atómicas en ambas naciones, rompiendo lo que quedaba de la arquitectura de seguridad global.
Otros países con armamento nuclear, como China, Pakistán o Corea del Norte, podrían sentirse respaldados para intensificar sus propios ensayos o modernizar sus arsenales.
Cada explosión nuclear libera partículas radiactivas que permanecen en la atmósfera durante décadas, con efectos potenciales sobre la salud y el clima a nivel global.
Actualmente, Rusia posee el mayor arsenal nuclear del planeta, con unas 5 mil 580 armas, de las cuales más de 1,800 están desplegadas. Estados Unidos le sigue muy de cerca con 5 mil 328 ojivas, de ellas más de mil 600 listas para uso operativo.
Detrás se encuentran China (500), Francia (290), Reino Unido (225), Pakistán (170), India (160), Israel (90) y Corea del Norte, cuyo número se estima entre 35 y 65. Una nueva ola de pruebas podría incrementar estas cifras y tensar aún más el panorama internacional.
La posibilidad de que Estados Unidos retome pruebas, especialmente tras declaraciones recientes de Donald Trump asegurando que “muy pronto” se sabrá su decisión, ha encendido aún más las alarmas diplomáticas.
El clima global ya es complejo. La Agencia Internacional de Energía Atómica convocó una reunión urgente, mientras que la ONU advirtió sobre “consecuencias catastróficas para la humanidad” si esta carrera vuelve a tomar fuerza. (Fuente Brayam Chávez DiarioYaki.mx)
Últimas noticias
Más Noticias