Con cinco puntos de ventaja y un fixture favorable, Madryn mira la final de frente

POR GUSTAVO GOMEZ

Cosa seria lo de Deportivo Madryn. El equipo del “Tano” Gracián no deja de ganar y, cada vez más, transforma en certeza lo que hasta hace unas fechas era apenas una ilusión. El triunfo 1-0 sobre Alvarado de Mar del Plata, gracias al gol de Bruno Pérez, no solo extendió a 15 la racha de partidos invicto como local, sino que además se combinó con la dura derrota de Atlanta en Tucumán —un lapidario 0-4 ante San Martín— para dejar al aurinegro en una inmejorable posición de cara al tramo final de la fase.

Hoy la tabla muestra con crudeza la traducción de esa caída de Atlanta: Madryn lidera con cinco puntos de ventaja y sostiene, además, una diferencia de gol que marca un abismo (+17 contra +5). En este escenario, el Bohemio ya no tiene margen de error. No le alcanza con igualar al aurinegro en puntos, debe superarlo, porque en cualquier empate también saldrá perdiendo por goles. Y eso es casi una carga imposible de remontar en apenas tres fechas.

El fixture refuerza aún más la sensación de que Madryn tiene el futuro en sus manos. Primero deberá visitar a All Boys, equipo que lleva cuatro jornadas sin ganar y que, con 36 unidades, quedó lejos de la pelea por entrar al reducido y sin compromisos mayúsculos con el descenso. Luego llegará el partido más exigente, en casa, frente a Arsenal, que pelea por no descender y se juega cada fecha a todo o nada. Finalmente, cerrará como visitante de Colegiales, un equipo que cumplió su objetivo de mantener la categoría y que no parece tener demasiado por qué arriesgar.

La comparación con Atlanta es lapidaria. Tras la paliza recibida en Tucumán, el Bohemio está obligado a ganar los tres partidos que le restan y esperar que Madryn sume menos de cuatro puntos. Y no se trata de una tarea sencilla: Tristán Suárez (6º), Gimnasia y Tiro (5º) y Deportivo Maipú (8º) son rivales que no solo están entre los ocho primeros, sino que además buscan puntos para mejorar su ubicación en el reducido. La presión, entonces, se trasladó por completo al conjunto de Villa Crespo, que en las últimas siete fechas apenas logró dos triunfos y mostró más dudas que certezas.

En cambio, lo de Madryn es regularidad, solidez y confianza. Un equipo que sabe a lo que juega, que se hace fuerte en su estadio y que, de visitante, también ha sabido imponer condiciones. A tres fechas del final, la derrota de Atlanta no solo significó un golpe anímico para su propia campaña, sino que dejó a los del sur patagónico en una posición envidiable: punteros, con ventaja en puntos y en goles, con un fixture accesible y con la certeza de que la final por el ascenso está cada vez más cerca. 

Hoy, cualquier proyección estadística o futbolística obliga a la misma conclusión: Madryn tiene el camino despejado y solo una catástrofe de resultados podría arrebatarle lo que ya parece un destino marcado.