LECTURA DE FIN DE SEMANA

El tenis como experiencia religiosa: de David Foster Wallace al Papa León XIV

Desde el Club de la Lectura, nuestro librólogo, nos comparte literatura, deporte y espiritualidad se entrelazan en una historia tan insólita como fascinante.

David Foster Wallace (1962-2008) fue un escritor estadounidense conocido por su estilo innovador y su profunda exploración de la condición humana en la era posmoderna. Nacido en Ithaca, Nueva York, y criado en Illinois, se destacó desde joven tanto en la literatura como en el tenis. Estudió en Amherst College, donde se graduó con honores, y obtuvo un máster en escritura creativa en la Universidad de Arizona.

 

En 2010 se publicó una recopilación póstuma de dos ensayos suyos bajo el título El tenis como experiencia religiosa, donde Wallace combina su agudeza intelectual con su pasión por el deporte que marcó su vida tanto como su escritura.

 

El libro incluye Democratización del tenis y Roger Federer como experiencia religiosa, textos que exploran el tenis desde perspectivas culturales, técnicas y casi místicas.

 

En Democratización del tenis, Wallace analiza cómo la tecnología y la profesionalización han transformado el juego: lo han hecho más accesible, pero también más exigente y alejado de su espíritu amateur original.

Por otro lado, Roger Federer como experiencia religiosa, escrito en 2006 para The New York Times, es un verdadero canto a la genialidad del tenista suizo, a quien Wallace describe como un ser casi trascendental, capaz de ejecutar proezas que desafían las leyes físicas y evocan una conexión casi espiritual con el espectador. El ensayo captura no solo la maestría de Federer, sino también la obsesión de Wallace por los detalles y su habilidad única para encontrar lo sublime en lo concreto.

 

Para los amantes del tenis, este libro ofrece una perspectiva reveladora sobre el deporte. Para cualquier lector, es una invitación a maravillarse ante lo extraordinario que puede esconderse en algo tan cotidiano como un partido.

 

Curiosamente, el vínculo entre tenis y espiritualidad ha cobrado una nueva dimensión en 2025, con la elección de Robert Francis Prevost como Papa León XIV, el pasado 8 de mayo. No solo es el primer pontífice estadounidense, sino también un declarado aficionado al tenis, un deporte que ha marcado su vida personal y que podría revitalizar una curiosa tradición en el Vaticano.

 

Nacido en Chicago en 1955, y con una trayectoria de más de tres décadas en Perú —donde adquirió la ciudadanía—, León XIV ha expresado públicamente su entusiasmo por el tenis. Se define como un “tenista aficionado” con un “interesante revés” y un deseo ferviente de volver a las canchas.

 

Su pasión se hizo aún más evidente durante su encuentro con Jannik Sinner, número uno del mundo, el 14 de mayo de 2025 en el Vaticano. En una audiencia privada, Sinner le obsequió una raqueta y bromeó: “¿Jugamos un poco?”. El Papa, con su característico humor, respondió: “¡Mejor aquí no, porque todo se rompe!”, mientras miraba las valiosas decoraciones de la sala.

 

Se conoció además la existencia de una cancha de tenis de tierra batida dentro del Vaticano, ubicada cerca del Museo Vaticano y protegida por una red que asoma sobre las murallas. Construida como un espacio de esparcimiento para cardenales, miembros de la Guardia Suiza y empleados vaticanos, esta pista vivió su apogeo en las décadas de 1960 y 1970.

 

Literatura, tenis y religión se entrecruzan hoy de una forma singular y casi poética

Entre otras obras destacadas de David Foster Wallace se encuentran La broma infinita (1996), una monumental novela que aborda temas como la adicción, el entretenimiento y la búsqueda de sentido en una sociedad saturada de estímulos; las colecciones de relatos La niña del pelo raro (1989) y Entrevistas breves con hombres repulsivos (1999); y ensayos brillantes como los incluidos en Algo supuestamente divertido que nunca volveré a hacer (1997), donde conjuga humor, análisis cultural y reflexión filosófica con una lucidez incomparable.

 

Nacido en Chicago en 1955, con una extensa trayectoria pastoral en Perú —país del que también adoptó la ciudadanía—, León XIV ha manifestado en reiteradas ocasiones su entusiasmo por el tenis, describiéndose como un "tenista aficionado" con un "interesante revés" y un deseo ferviente de volver a las canchas.

 

Su pasión se evidenció aún más durante el encuentro con Jannik Sinner, número uno del ranking mundial, el 14 de mayo de 2025 en el Vaticano. En una audiencia privada, Sinner le regaló una raqueta y bromeó: "¿Jugamos un poco?". El Papa, con su característico humor, respondió: "¡Mejor aquí no, porque todo se rompe!", mientras señalaba las valiosas decoraciones de la sala.

Ese mismo día se confirmó la existencia de una cancha de tenis de tierra batida dentro del Vaticano, ubicada cerca del Museo Vaticano y protegida por una red que asoma sobre las murallas. Construida como espacio de recreación para cardenales, miembros de la Guardia Suiza y empleados vaticanos, tuvo su apogeo en las décadas de 1960 y 1970.

 

Literatura, tenis y religión se entrecruzan así de una forma singular en nuestros días

Otras obras destacadas de David Foster Wallace incluyen la monumental novela La broma infinita (1996), que aborda temas como la adicción, el entretenimiento y la búsqueda de sentido en una sociedad saturada de estímulos. También se destacan las colecciones de relatos La niña del pelo raro (1989) y Entrevistas breves con hombres repulsivos (1999), así como los ensayos recopilados en Algo supuestamente divertido que nunca volveré a hacer (1997), donde combina humor, análisis cultural y reflexión filosófica.

 

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