FUSIÓN: La gran locura de la humanidad
Los proyectos de fusión nuclear buscan replicar la reacción que ocurre en el Sol y otras estrellas, donde los núcleos de átomos ligeros se fusionan para crear un núcleo más pesado, liberando una enorme cantidad de energía. El objetivo es utilizar esta energía como una fuente de electricidad limpia, segura y prácticamente inagotable.
Actualmente hay más de 130 dispositivos experimentales de fusión nuclear, tanto públicos como privados, en operación, construcción o planificación en todo el mundo. Unos 90 de ellos ya están en funcionamiento actualmente, según un informe de la Agencia Internacional de Energía Atómica (IAEA), pero ninguno está produciendo electricidad comercial.
A diferencia de la fisión nuclear, que es la tecnología actual de los reactores nucleares y que consiste en la división de átomos pesados, la fusión une átomos. El combustible más común para los proyectos de fusión se forma con deuterio y el tritio, ambos isótopos del hidrógeno. Para que la fusión ocurra, los núcleos de estos átomos deben estar extremadamente calientes y a una presión muy alta para superar la repulsión natural entre sus cargas positivas.
Como es evidente, alcanzar y controlar estas enormes temperaturas supone un reto tecnológico monumental. Esto requiere el uso de imanes increíblemente potentes para contener el plasma caliente, impidiendo que toque y derrita las paredes de los recipientes. Los reactores de investigación de fusión han alcanzado temperaturas superiores a los 300 millones de grados Celsius.
Fantasear con que el calentamiento global que amenaza a la Tierra, que ahora está ganando en intensidad, se pueda abordar con plantas de energía nuclear de fisión que funcionen a 300 °C o con plantas de energía nuclear de fusión que funcionen a 150 millones de °C es una de las grandes locuras de la historia de la humanidad.
La industria nuclear considera la fusión como una de las fuentes de energía del futuro, por varias razones:
⦁ Abundancia de combustible: El deuterio se puede extraer del agua de mar, y el tritio se puede producir a partir del litio, un elemento relativamente común en la corteza terrestre.
⦁ Seguridad inherente: La reacción de fusión no es una reacción en cadena. Si se produce alguna falla o se corta el suministro de combustible, la reacción se detiene de forma automática, sin riesgo de fusión del núcleo.
⦁ Baja producción de residuos: A diferencia de la fisión nuclear, la fusión produce residuos radiactivos de muy baja actividad y de vida corta. La actividad de estos residuos decae a niveles seguros en aproximadamente 100 años, comparado con los miles de años que tardan los residuos de fisión.
⦁ No produce gases de efecto invernadero: Al igual que la fisión, el proceso no emite dióxido de carbono ni otros gases contaminantes a la atmósfera.
Aunque los proyectos de fusión nuclear han logrado avances significativos, y a pesar de fortunas invertidas, todavía enfrentan desafíos técnicos y económicos para alcanzar la viabilidad comercial. Aún los más optimistas dudan si finalmente la fusión logrará el objetivo perseguido.
El proyecto ITER (International Thermonuclear Experimental Reactor) es el experimento de fusión nuclear más ambicioso y grande del mundo. Es una colaboración entre 35 países que busca demostrar la viabilidad científica y tecnológica de la fusión nuclear como una fuente de energía limpia y segura. No está diseñado para generar electricidad, sino para probar las tecnologías y la física necesarias para un futuro reactor de fusión comercial.
Los principales proyectos públicos son: JET (europeo), JT-60SA (Japón/EEUU), KSTAR (Corea del Sur), HH70 (China) y Wendelstein 7-X (Alemania).
No deja de ser una ironía que se pretenda combatir el calentamiento global con dispositivos que generarán temperaturas de 300 millones de grados Celsius.
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