Regionales

Cooperativas, elecciones y fraudes

Por Miguel Gauna Lavayen
miguelgaunalavayen@gmail.com

por REDACCIÓN CHUBUT 09/11/2025 - 00.01.hs

Recientemente, se han publicado noticias en torno a denuncias de un grupo de socios a exmiembros de la cooperativa Servicoop de Puerto Madryn y simultáneamente, se producen novedades en torno a una denuncia realizada, a un socio de la misma entidad, por el supuesto uso de documentos falsos. De uno y otro lado se esgrimen graves acusaciones, se solicita elevar a juicio las respectivas denuncias con diferentes pruebas y como no puede ser de otra manera, con argumentaciones y fundamentos que cargan la pretensión, de lograr razón y justicia. 

 

La historia de las cooperativas de servicios públicos de Chubut esta colmada de este tipo de denuncias y escándalos mas o menos reiterados, en cada localidad, con diferentes matices y de variada gravedad que, de tanto en tanto, terminan en la Justicia, sin que esto implique necesariamente que habrá esclarecimiento y castigo consecuente.

 

Pero cuál es la causa de esta repetida historia, y cuál es el motivo que motoriza a ciertos vecinos para ir en contra de otros vecinos, siendo todos usuarios asociados de estas entidades y con un pregón similar de campaña y propósitos. La principal causa y no la única, es la falta de controles efectivos de parte de los organismos pertinentes, que hace mucho tiempo también fueron cooptados por la política y los políticos de turno, para ponerlos al servicio de sus intereses y no de los intereses de los asociados usuarios y consumidores.

 

Las cooperativas son organizaciones permeables de muy fácil captura, con bajas defensas y a la deriva en aguas turbulentas, donde no hay exigencias de ninguna naturaleza para abordar los cuerpos directivos y sentarse sin ninguna responsabilidad y consecuencias.

 

Por eso cuando entre socios pares, se originan estas denuncias, aparecen sorprendentes acusaciones en cuestiones administrativas, de las elecciones, y otros aspectos relacionados con la actividad tanto institucional como de gestión de las cooperativas. 

 

Las elecciones en las cooperativas son tramposas, desde el mismo momento en que todo el proceso de elección, es operado absolutamente por los administradores de turno que manejan a su conveniencia, aceptación de listas, información del padrón, las deudasde los asociados y otras cuestiones del estatuto y reglamentos.

 

Como he sostenido desde esta misma columna, si las cooperativas quieren ser democráticas verdaderamente, y cumplir con los principios que dicen defender, deben buscar mecanismos de participación abiertos, sin estas amañadas reglas que han alejado a la masa de socios totalmente. No es novedad que aparezcan «muertos vivos» que resucitan momentáneamente, para una firma más, o personas mal sorprendidas, al verse incluidas en listas de delegados y otras lindezas propias del entrevero «cooperativista», tan practicado en estas entidades. 

 

La elección debería ser con distrito único, con el documento del asociado para acreditar identidad y las acciones o credencial para acreditar condición y número de socio. Los consejos de administración, convocan a asambleas y llevan adelante todos sus actos, de forma irregular, porque las cooperativas, a ningún asociado, le han entregado sus acciones como dicta la ley, ni se han preocupado por imprimir una sola.

 

Tampoco cumplen con otras resoluciones del INAES, como la resolución 250/82 y su modificatoria, o la Nro 519/74 circular de fiscalización y auditoria, que establece la obligación de enviar al organismo y poner a disposición para la asamblea, el Padrón de socios a la fecha de la convocatoria, con las columnas sumadas del aporte de capital suscrito e integrado.

 

Esto permite decir que, ninguna entidad puede afirmar, que su estado legal institucional está en regla, como para emprender demandas y hacer denuncias, porque los actos realizados desde la convocatoria hasta la asamblea son discutibles, por este y otros motivos, que dan por tierra la mayoría de las decisiones tomadas. Desde la Justicia, desconocen siempre esto. 

 

Las denuncias en el ámbito de las cooperativas ya son prácticamente, una mala tradición provincial, desde la de Esquel, donde también hay muertos vitales que aun firman, y delegados que desconocen serlo y su firma, a la de Rawson con similares situaciones, con demandas millonarias y maniobras que deben aclararse, Trelew donde no se sabe qué pasó y cómo se llegó a la deuda que esta en trámite judicial y así, podemos seguir por toda la provincia. 

 

El INAES, de nula o tardía reacción, es el principal responsable por la falta de controles efectivos y permanentes, los entes reguladores, las municipalidades concedentes también, porque han sido sinuosas en su comportamiento frente a las concesionarias, se han usado mutuamente, en algunos casos hasta la connivencia.

 

Las sucesivas administraciones a través de los años desgastaron el interés por participar alejaron a los propios asociados que muestran una absoluta falta de compromiso con sus aportes y ahora, todas las entidades están inmersas en la incertidumbre, sin alternativas, porque liquidaron el capital mas importante que es la confianza del vecino.

 

En esto, me baso para decir que este fárrago de denuncias, representa la prueba más indiscutible de la descomposición y muestra, que un ciclo se agotó, y estas entidades, tal cual funcionan actualmente, no merecen las concesiones, porque han puesto sobre las espaldas de los usuarios consumidores, todo el peso financiero de las malas gestiones, los honorarios por juicios, un pasivo inmenso, y un déficit en obras e infraestructura, que no puede ser afrontado solamente con tarifa. En tanto, como ya he señalado, las autoridades no acusan recibo, y los servicios públicos de Chubut siguen «al garete» rogando que haya buen tiempo. 

 

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