Cuando el viento diga tu nombre

Hay ocasiones en que la vida te presenta cuál va a ser tu futuro, uno mira y aunque no vea con claridad, como suele sucedernos a los seres humanos, igual lo puede sentir porque algo nos alborota y camina por nuestra entraña sin cesar.

El acto de informar fue la herramienta, que luego incorporó la noción de comunicar y amplió un tipo de aprendizaje que demanda toda la vida en su ejercicio.
FM Bahía Engaño fue el primer medio de comunicación, de los muchos por los que anduve, donde realicé mis primeras prácticas de profesión en Chubut, ni bien fue inaugurada en frecuencia modulada un 15 de setiembre, en pleno 1988, un año que nos alejaba de la oscuridad de la última dictadura militar pero también contenía la fragilidad política y económica que tanto conocemos y transitamos.

La primera emisora de la ciudad de Rawson fue durante una época una escuela y un taller. Muchos de los y las colegas principales que hoy marcan el pulso de nuestra hermosa profesión en el Valle tuvieron sus inicios allí, o bien hicieron una de las habituales estaciones a las que nos acostumbra nuestro oficio. La práctica intensiva y sostenida saca maestras y maestros, como el cierre de edición en los diarios.

Hubo épocas en las que la audiencia le pertenecía casi como lo hace el adolescente con sus sueños, así, con exclusividad y un fervor desmesurado, para luego mutar, con el devenir de los tiempos, hasta instalarse como un visible mojón en el concierto de emisoras que hoy llevan adelante su labor en la city rawsense.
Siempre es bueno recurrir a la poesía para echar luz sobre algún asunto, y en este caso, tomo prestado el fragmento de una frase de Luis Alberto Spinetta, que ilumina el título de esta crónica y desde allí se proyecta.

La memoria, como un gran dispositivo que siempre nos ha permitido avanzar, pone sobre el tapete los eventos importantes y el nacimiento de FM Bahía Engaño es uno de ellos, un digno suceso que merece subrayar su propia efeméride.