Expresando deseos

No obstante, hay algo en común a todos ellos y es que requieren, luego de surgido, un análisis posterior para determinar si llevarlo adelante puede ser posible. 

Este análisis es fundamental, por cuanto un deseo mal estructurado o delineado puede llevar a una verdadera frustración o la alteración, en la acción, a los buenos propósitos que lo vieran nacer. Me estoy refiriendo concretamente al deseo, que necesita convertirse en ley, de crear la Empresa Provincial de Energía y cuyo proyecto ha sido remitido a la Honorable Legislatura de la Provincia por el Poder Ejecutivo.

Este tema, cuyo origen ya venía del anterior gobierno representado por el Gobernador Arcioni, y que contaba con el visto bueno del Sindicato Patagónico de Luz y Fuerza, consistía básicamente en lograr la «soberanía energética» en la Provincia, término grandilocuente si lo hay, teniendo en cuenta las condiciones en que la misma fue dejada endeudada por el anterior gobierno y las tribulaciones del actual.

Al respecto no sólo hay que tener en cuenta las propias declaraciones del ministro de Economía, que nos habla de lo delicado de la situación, sino también la realidad que se ve reflejada en las distintas acreencias que la mayorista de electricidad en su distribución se encuentra o ejecutando o imponiendo las condiciones para su pago y no hay que olvidar que seguramente los estados concedentes han garantizado.

Dado este panorama es de suponer que el debate debería realizarse desde los diversos ángulos que representa un deseo tan abarcador y, en consecuencia, adoptar otro criterio del que hasta el momento ha existido en el Poder Legislativo Provincial que, sin analizar ni oponer ningún tipo de argumento, efectiviza a pie juntillas lo que anuncia previamente el Poder Ejecutivo Provincial. No dejo de admitir que es necesario explicitar y poner en valor un proyecto provincial que, creo, hasta el momento carecemos y seguramente debe ser de difícil concreción dado el conocimiento, ajustado a la realidad, que seguramente es observado desde el vértice del gobierno. Pero considerar como primera medida un mayor aumento del gasto del estado, como es la creación de una nueva empresa bajo su dominio mayoritario, entiendo que no se puede encontrar dentro de las prioridades que, no hay duda, reflejan un deseo, pero de compleja implementación, técnica, jurídica y económica, por no decir en algún sentido de imposible concreción en el presente que nos toca compartir. Pero todo evidentemente tiene que ver con todo, aunque algunos que hoy tienen a su cargo la determinación de la cosa pública tengan una mirada cortoplacista. 

En primer lugar, necesitamos inversiones privadas que seguramente apreciarán el potencial productivo de nuestro territorio. Esta oferta, de la que ya tenemos algunos indicadores, no puede ser desalentada, pero para ello seguramente será necesario achicar el Estado y de ninguna manera seguirlo alimentando con nuevas estructuras. Asimismo, y en materia de energía creo que debemos analizar para el futuro algunos beneficios que, en el momento en que se otorgaron, seguramente otro era el panorama provincial. Una provincia endeudada y garantizando su deuda con los recursos que conforman su presupuesto carece de «soberanía» y debería fomentar las inversiones que por sí no puede realizar.
El endeudamiento tironeado por intereses sectoriales de último momento para lograr consenso no creo sea un buen método para lograr los fines propuestos cuando nos están faltando ingredientes básicos para cualquier emprendimiento. Recuerden a Ingentis del que nadie se hizo responsable.

luislopezsalaberry@gmail.com