Luisana Lopilato no dudó en decir qué era lo que más le molestaba de Michael Bublé

La pareja siempre pasa por Argentina una o dos veces por año, aunque su residencia está en Canada. Y cada vez que lo hacen ella comenta algo de la vida familiar. ¿Qué dijo ahora?

por Gabriela Moreno 05/05/2025 - 10.02.hs

Luisana Lopilato llega siempre a nuestro país, acompañada por su marido, el cantante canadiense Michael Bublé y sus hijos, ya que toda la familia de la actriz vive en Buenos Aires. Se los ha visto en distintos puntos del país, debido a que él la acompaña en todo lo que puede, filmaciones en locaciones provinciales, giras con los Rebelde Web o presencias.

 

Así se lo ha podido ver al cantante internacional con changuito en mano por supermercados o llevando a sus hijos Noah (11), Elías (9), Vida (6) y Cielo (2) a disfrutar de lugares públicos, logrando que la fama mundial no le arrebate momentos inolvidables.

 

Pero toda ese reconocimiento global no le impide a la frescura de Luisana Lopilato decir o contar lo que le parece simpático o gracioso dentro de su vida privada. Y fue así que contó qué era lo que más le molestaba de Michael cuando comenzaron a convivir. “Tengo que ser la jefa de la casa, sino no sabes cómo son las cosas”, comenzó a decir.

 

“Con el tiempo lo fui moldeando, porque, cuando éramos novios, él tiraba la ropa por todos lados de la casa. Se iba descambiando por toda la casa hasta llegar al cuarto, un pantalón por acá, una remera por allá. Una vez, le tiré toda la ropa a la pileta”, confesó.

 

Cuando le preguntaron si tenía carácter fuerte contestó: ¿Si tengo carácter fuerte? Cero, soy buena... Todo lo contrario, pero cuando exploto, exploto. Así somos los Lopilato”, respondió la protagonista de Pipa y de "Casados con hijos".

 

La actriz está en Buenos Aires debido a la presentación de la película "Mensaje en una botella", que filmó en Mendoza junto a Benjamín Vicuña, Marina Bellati, Luciano Cáceres, Gabriel Corrado y Benjamín Amadeo; una comedia romántica dirigida por Daniel Nesci, que narra cómo Denise, una sommelier, descubre por azar la posibilidad de enviarse mensajes al pasado para alterar su presente.

 

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